Turismo

1. Acercándonos al pueblo

Almodovar del Río es una pequeña localidad situada a 22 kilometros al Este de Córdoba y aguas abajo del Guadalquivir; al que se asoma desde elevada y granítica mole. La población del municipio, se encuentra repartida en varios núcleos urbanos; unos más alejados que otros del casco urbano principal. En primer lugar, si nos acercamos por la margen derecha del Guadalquivir, -siguiendo la carretera comarcal CO –431-, divisaremos, a nuestra derecha y aferradas a las estribaciones de Sierra Morena, las urbanizaciones de Las Cuevas, El Injertal y La Cigarra. 

Estas urbanizaciones, han crecido al amparo de la permisividad de los Ayuntamientos españoles, que han mirado hacia otro lado, mientras los especuladores se llenaban los bolsillos propios.... y los ajenos. Fruto de esta política de la dejación, la Sierra y sus tesoros naturales o el Valle del Guadalquivir, -donde se encuentran las tierras más fértiles de la provincia cordobesa- han sido invadidos por una plaga constructora que, bajo el lema, “ Esto es Jauja”, ha sembrado la periférica de los pueblos cordobeses de urbanizaciones donde la tradición arquitectónica andaluza ha sido olvidada, siendo sustituida por edificaciones cuyo patrón no se ha adaptado al medio geográfico circundante y construyéndose, en su mayoria, verdaderas mamarrachadas. 

Una parada en el complejo “ El Molino”, situado en El Injertal, es obligatoria para aquellos que deseen romper platos en el campo de tiro, almorzar en su restaurante, asistir a una capea, montar a caballo o en quad, liberar adrenalina en el circuito de enduro, practicar senderismo por los caminos de Sierra Morena o visitar las cuevas horadadas en la piedra caliza que dieron nombre al paraje. 

Para llegar a dicho complejo turístico y deportivo, deberemos abandonar la CO-431,- una vez cruzado el arroyo Guadarroman, que separa los términos municipales de Córdoba y Almodóvar del Río,- en el primer desvió que parte hacia la derecha, antes del cruzar el único viaducto de esta carretera comarcal en el tramo que discurre entre ambas poblaciones.

A nuestra izquierda, si continuamos por la CO-431, veremos tendida la línea férrea del AVE y, detrás, la barriada de Los Mochos; alejada del casco urbano de Almodóvar del Río unos 5 kilómetros. EN este punto, la linea del Ave ha sido desdoblada y elevada mediante grandes pilares para dirigirse hacia Málaga, atravesando el Guadalquivir y la campiña cordobesa; mientras que la que continua hacia Sevilla, corre pegada a tierra, -aprovechando la planicie del Valle del Guadalquivir,- buscando el túnel que horada la peña rocosa donde se asienta el castillo.

La barriada de Los Mochos, fue tomando forma a medida que en los años 50 del pasado siglo, numerosas familias de emigrantes,- provenientes de Granada en su mayoría,- llegaron a Almodóvar del Río y edificaron sus chozos en los márgenes de la Cañada Real Soriana, cuyo trazado sigue,- en determinados tramos,- la CO-431.

Esta adaptación a la vía pecuaria ha conformado la barriada como un cordón de dos kilómetros de longitud, a ambos lados de la antigua Cañada Real, quedando el extremo más cercano a tan solo tres kilómetros de Almodovar del Río. En la actualidad la barriada cuenta con Iglesia, consultorio, farmacia, una asociación de vecinos “ Nuevo Futuro” muy activa y numerosa, colegio público y una casa de la cultura o similar ,en construcción. La población de Los Mochos supera los 1000 habitantes.

Dos carreteras más nos unen a Córdoba. La primera se dirige al aeropuerto, desde la capital, y continua entre urbanizaciones y barriadas periféricas hasta la divisoria de ambos términos, el arroyo Guadarromán. Rebasada la barriada de Villarrubia ,( en el término municipal de Córdoba y surgida alrededor de la Azucarera que la compañía EBRO levantó aprovechando la vía férrea convencional que divide Villarubia en dos) y Encinajero, ( poblado de colonización agrícola perteneciente al municipio de la capital que fue galardonado con un premio al embellecimiento de pueblos de España y que en la actualidad al no haberse sustraído de la vorágine constructora ha quedado sepultado, constreñido y cercado por grandes conjuntos residenciales de chalets unifamiliares “ de lujo” en el que las familias de la capital “cohabitan” con el encinarejeño de toda la vida) la carretera se acerca a Almodóvar del Río cruzando la finca de “La Torre”. 

Gestionada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se encuentra en ocasiones en tal mal estado que se debe estar muy atento a la conducción para no caer en uno de los muchos baches-trampa que cazan al conductor desprevenido.


La tercera carretera, -que desde Córdoba se dirige a Almodóvar del Río-, no nos lleva directamente a él. Deberemos antes salvar el Guadalquivir, para buscar el cruce con la anterior en el paraje de Las Tejeras, donde se encuentra la piscina municipal del pueblo y la estación de captación de aguas. Para cruzar el Guadalquivir se terminó de construir, en 1962, un puente de 70 metros de longitud, diseñado por el ingeniero Carlos Fernández Casado. En su construcción se emplearon dovelas prefabricadas, siendo uno de los primeros puentes del mundo en utilizar este procedimiento.

 Cruzado el puente, a nuestra izquierda, se alza una fábrica desmontadora y empacadora de algodón , en cuyas naves trabajaron gran cantidad de almodovenses , Hasta hace unos pocos años ostentó el título de principal industria de Almodóvar del Río,- exceptuadas las labores agrícolas y las ocupaciones del antiguo Plan de Empleo Rural - , hasta que sus campañas se acortaron en el tiempo y su actividad se redujo al mínimo.

Esta carretera,- que parte del polígono industrial de Amargacena y discurre por el trazado del cordel de Palma del Río,- que unía la capital cordobesa con la citada localidad,- es muy sinuosa, serpenteando por las lomas que muerde el Guadalquivir, -uno de cuyos mordiscos podemos admirar en la denominada “ Torrontera de Rojas”,- y salvando los arroyos que desde la campiña cordobesa vienen a desembocar en el gran río de Andalucía. Si la recorremos al atardecer, podemos admirar,- cuando el sol se oculta tras el castillo y el Guadalquivir reluce entre la neblina del ocaso,- uno de las estampas más bellas de la provincia cordobesa.

En cuanto a caminos asfaltados que parten de Córdoba, las tres opciones anteriores son las que hay. Si elegimos caminos sin asfaltar, esto es , de tierra o grava, el visitante puede elegir dos que le llevaran a las mismas puertas del casco urbano.

Desde el embalse del Guadalmellato, un canal recoge las aguas de la presa para conducirlas hasta Almodóvar del Río siguiendo el borde de Sierra Morena, cruzando Córdoba por el Norte , dejando atrás Medina Azahara y siguiendo el suave límite que se dibuja entre la sierra y la vega del Guadalquivir. Ya en el término de Almodóvar del Río, -entre el arroyo de los Peces y el arroyo de los Majadales-, el canal ocupa el trazado de antiguas canalizaciones de la época romana, y cuyos restos aún son visibles en algunos tramos. En este último arroyo, se puede apreciar lo que queda de una presa de la misma época que posiblemente utilizara el antiguo canal para distribuir las aguas de riego. En paralelo al canal del Guadalmellato, discurre una vía de servicio que lo recorre en toda su longitud. Dicho camino es ideal para la practica del cicloturismo, del senderismo o pasear montado en equino animal.

El otro camino parte de Santa Maria de Trassierra ( barriada cordobesa) y, cruzando Sierra Morena llega a la Porrada; cortijo desde el que nos dirigiremos a Villalobillos, entrando en el término municipal de Almodóvar del Río a la altura de la finca de la Huerta de Los Ídolos, (lugar en el que se encontraron numerosas figurillas ibéricas o ídolos), donde el camino se convierte en el camino de Los Toros , -cuyo tramo, de 7 kilómetros hasta el cruce con la CO-431, se encuentra asfaltado o, más bien , semiasfaltado, por los grandes desgarrones o desconchones que jalonan la “carreterita” poniendo a prueba la amortiguación de los vehículos o la osamenta de los ciclistas.

Dejando atrás Villalobillos, a unos tres kilómetros en sentido descendente, se cruza el postigo de la Finca de Cobatillas, de donde parte, -a nuestra derecha,- un camino de tierra, “la vereda de la Porrada”, que nos lleva, entre encinares adehesados y olivares a la Peña del Águila, -paraje situado a dos kilómetros de Almodóvar del Río. Desde esta vereda se accede, en la actualidad, a diversas zonas aledañas al embalse de la Breña, para la práctica del piragüismo o de la navegación en canoa, ya que nos encontramos en la “cola” que forma el río Guadiato, -afluente del Guadalquivir- y en cuyas pendientes y umbrías se encuentran manchas de bosque mediterráneo inalteradas. Es el territorio del lince ibérico.

Es Guadalcazar un pequeño municipio situado al Sureste de Almodóvar del Río en cuyo casco urbano se alza la Torre Mocha, que es el único vestigio que queda del antiguo alcázar, castillo o fortificación a cuya sombra creció la población. Hasta la antigua estación de Guadalcazar, situada a unos tres kilómetros al sur de la población, llega y continua hasta la Carlota la vía verde de la campiña, que ocupa el trazado de la vía férrea que desde la estación de Valchillón unía a la capital cordobesa con Marchena. 

Desde Guadalcazar se y tomando la carretera que la une con Almodóvar del Río las vistas son impresionantes, con la vega del Guadalquivir separando la campiña de Sierra Morena que a modo de telón de fondo, enmarca la visión de nuestro pueblo desparramándose por las laderas que sustentan el cerro de la Floreta , en cuya cima se eleva el castillo homónimo.

Hacia el Oeste de Almodóvar se encuentra Posadas, cabeza de partido judicial de la comarca de la Vega del Guadalquivir. Si desde esta población y a través de la misma carretera comarcal C0-431 en sentido contrario nos acercamos a Almodóvar del Río, podremos admirar la atalaya o torre de Guadacabrilla, solitaria vigía que defendía y avisaba a los del castillo mediante fogatas u otras señales visibles desde la fortaleza ante las incursiones de las tropas enemigas. Dicha torre vigía pertenece al municipio de Posadas, ya que se encuentra dentro de su término municipal. 

Pasado un kilómetro, se cruza el viaducto sobre el río Guadiato. A la izquierda, en la lejanía, del mismo se puede observar la presa de la Breña II, de nueva construcción cuyo embalse se convertirá , por la cantidad de agua embalsada, en uno de los mayores de la cuenca hidrográfica del Guadalquivir. Se advierte, al contemplar la presa, como se han unido, los dos cerros enfrentados, con cientos de miles de toneladas de hormigón dejando a la anterior presa sumergida bajo las aguas a decenas de metros de profundidad.

Antes de llegar al viaducto que cruza el Guadiato, parte, a la izquierda de la CO-431, un camino de servicio de la Confederación hidrográfica del Guadalquivir que nos llevará al camping “ La Breña”, que si en la actualidad se encuentra muy alejado de la lámina de agua del embalse, cuando la Breña II entre en funcionamiento y las aguas provenientes de las escorrentías de los numerosos arroyos que drenan en él, del Guadiato, del río Cabrilla y de las del Guadalquivir,- que serán bombeadas hasta el embalse en épocas de lluvia ,- eleven el nivel del agua, el camping quedará situado en una inmejorable posición para disfrutar del baño, de la naturaleza y de los deportes acuáticos.

Si en la lejanía divisamos la presa de la Breña II, mucho más cercano se encuentra el molino harinero que ha sido reconstruido recientemente gracias a los fondos que la empresa Acuavir (sociedad estatal para la ejecución y explotación de la cuenca del Guadalquivir) ha destinado para la ejecución de las medidas compensatorias, y, cuyo entorno, será convertido en jardín botánico de especies autóctonas y propias de los bosques mediterráneos y de galería. El molino harinero estará comunicado con la zona recreativa de “ La Caballera” mediante una calzada que cruza la CO-431 por un paso elevado a modo de pasarela.

Hasta la construcción del viaducto que atraviesa en altura el pequeño valle que el Guadiato forma en su desembocadura, el río era salvado por un puente que los almodovenses llamamos “ El puente piedra” y los cordobeses “ El puente de la graja” y que podemos observar a nuestra izquierda mientras cruzamos el viaducto o nos detenemos, antes o después de cruzarlo, en lugar seguro. El puente de piedra se encuentra en la actualidad muy deteriorado debido a la falta de mantenimiento y a la acción prolongada y continua de los fenómenos atmosféricos. Para que luego digan que cuidamos nuestro patrimonio arquitectónico.

La zona recreativa de “ La Caballera”,- a la que algunos denominan de forma errónea parque peri-urbano.- se encuentra a la derecha de la CO-431 una vez cruzado el Guadiato en dirección a Córdoba. En ella se puede pasar un grato día al aire libre gracias a las numerosas barbacoas, parrillas y fuentes dispuestas para el uso y disfrute del visitante. Adolece la zona recreativa de sombra abundante, debido a que se han plantado encinas, alcornoques y olivos con escaso follaje, y, por tanto, deberemos tomar las debidas precauciones ante la prolongada exposición a la luz solar que padeceremos. 

La futura inauguración del restaurante, construido con dinero proveniente de las arcas municipales, añadirá un nuevo valor a la zona recreativa si los precios del menú son asequibles para la mayoría de la población y la calidad se mantiene por encima de la minuta.

El viajero que desde la autovía del 92,- aunque más bien podríamos llamar del 29 por el mal estado del pavimento,- se desvié a la altura de La Carlota para dirigirse a Posadas y antes de llegar a esta localidad por una larga recta, gire a la derecha en el cruce situado en su inicio se acercará a Almodóvar del Río por la margen izquierda del Guadalquivir, bordeando las terrazas fluviales que durante millones de años el gran río ha ido abandonando en su lento declive. Circulando por esta carretera hacia la salida del sol, hacia el Este la vega del Guadalquivir se abre a nuestros pies jalonada de grandes cortijadas y fincas agrarias que nos recuerdan tiempos pasados.

Dos grandes arroyos ,el Guadalmazan y La Marota, cortan las suaves pendientes que desde la campiña se deslizan hacia la vega. El cortijo de Villaseca, una de las posesiones más antiguas del término municipal, otrora mayorazgo, se yergue, incólume, al paso del tiempo y aunque ha sufrido una desfortunada reconstrucción del tejado, aun perdura un aire de siglos pasados, de refugio de bandoleros, de cuadrillas de segadores cuyas voces se pueden oír si sabemos escuchar a las piedras.

Frente al cortijo, en el mismo borde de la carretera, la fuente de Villaseca mana con su chorro inagotable refrescando el sudor del ciclista o calmando la sed del viajero. Como desgraciadamente sucede por estos lares, las reconstrucciones son tan desafortunadas, tan alejadas del original, que finalizada la obra cualquier parecido es pura casualidad; siendo el responsable, ajeno al desaguisado como consecuencia una ignorancia tan supina como irreversible. Como se suele decir “ ¿ Qué sabe un burro lo que es un caramelo de menta?.



Si continuamos por la carretera, cruzaremos el Guadalquivir por el mismo puente: aquel de 70 metros diseñado por el ingeniero Carlos Fernández casado y volveremos a situarnos a las mismísimas puertas de Almodóvar del Río. Nuestro acercamiento ha terminado.




2. Por las afueras del casco urbano.

En los alrededores de Almodóvar del Río,se encuentran cinco enclaves turísticos de primer orden : el castillo de la Floreta, el Portus romano, el cortijo de Fuenrreal, el embalse de la Breña y el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos.

Para visitar el Cortijo de Fuenrreal, escogeremos el segundo domingo de Mayo, en el que se celebra,- en la dehesa aledaña al cortijo-, la Romería en honor de la Virgen de Fátima. La imagen parte de la Iglesia de la Purísima Concepción montada en un carro tirado por bueyes y recorre las calles del pueblo buscando Las Ventas, -donde la esperan las carrozas que la acomañaran en su recorrido.

El Ayuntamiento ha dispueto en los últimos años una gran caseta en la que los visitantes pueden harterse de cerveza, arroz y gazpacho de manera gratuita. Aprovecharemos la visita para acercarnos al patio central del cortijo de Fuenrreal, y asistir a la misa con el acompañamiento de un coro rociero.

Ocurre con esta celebración algo muy habitual y frecuente por estos lares, y es que se adoptan los modos y las formas de otras comarcas o regiones andaluzas, de manera que asistimos a una especie de globalización cultural y festiva en la que predominan aquellas que podríamos llamar, -sin temor a equivocarnos-, las del Bajo Guadalquivir, y que se corresponden geográficamente con las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz. Si la Semana Santa sevillana es el modelo a seguir, no lo es menos la Romería del Rocio onubense o el paradigmático Carnaval gaditano. 

Cercana al Cortijo se encuentra la Fuente de la Argamasilla o de Fuenrreal, que recoge las aguas que circulan por un pequeño acueducto romano. A unos cincuenta metros de la fuente se encuentra un corredor subterráneo, -excavado en la roca y rodeado por una construcción cuadrada de piedra-, que guarda el venero que desde época romana riega las fértiles tierras de la finca.

El Portus romano se encuentra en la orilla derecha del Guadalquivir, a escasos metros del limite del barrio almodovense que se asoma al río. Para llegar al portus, deberemos tomar la calle de La Barca, - que parte de la encrucijada de Cuatro Caminos-, siendo el origen de tal denominación, la presencia al final de la misma de un embarcadero y una barcaza con la que se cruzaba el rio. Tras pasar por un pasadizo que salva la vía del Ave, giraremos a nuestra derecha para llegar a unos grandes eucaliptos, debajo de los cuales encontraremos el portus romano. 

Si continuamos nuestro camino paralelo a la línea férrea, llegaremos a una alameda desde la que contemplaremos el cerro de La Floreta y el castillo homónimo, desde un punto de vista menos conocido. Dejando atrás la alameda, nos dirigiremos hasta un viaducto que salva la vía férrea paralela y unos metros más arriba, la via del AVE. 

Encaminaremos nuestros pasos , buscando siempre el cerro de la Floreta, hasta llegar a una majada o aprisco que guarda un rebaño de ovejas, hasta encontrarnos con la fuente de Arriba. Tras subir una empinada cuesta, llegaremos al paraje conocido como Las Parvas, lugar escogido por los cucos para aventar el cereal . El recorrido propuesto no se encuentra señalizado, y, en ocasiones, nuestro caminar se verá entorpecido por la capa de balasto que soportan las traviesas de madera de la vía férrea convencional.

Según la opinión de un “experto” arqueólogo, lo que creemos que son los vestigios de un pequeño puerto romano o embarcadero no son otra cosa que el tramo final de una cloaca romana. Si esto fuera así, los romanos, -personas sumamente practicas-, se complicaron la vida en extremo, al situar la salida de dicha conducción de aguas fecales a los pies de la gran mole granítica del cerro de La Floreta. Cabe suponer que: o bien el conducto era subterráneo ( hipotesis imposible incluso para los romanos) o bien discurría al aire libre precipitándose ladera abajo proveniente de la fortificación romana propuesta por los estudiosos en la cima del cerro. 

Si el "experto" hubiese acertado en su hipótesis.¿Por qué los romanos construyeron una cloaca en esta ubicación imposible”?.Aun está por ver,- si nos atenemos a la descripción que Plinio hace de la Bética romana-, que Cárbula se encontrase a este lado del Baetis; es más, si hubiera existido un poblado romano en la localización actual de Almodóvar del Río: ¿Para que querrían una cloaca de tales dimensiones, digna de la Imperial Roma.... y no de cuatro casuchas mal contadas?.

Hablar del castillo de la Floreta en esta descripción de las atracciones turísticas que posee el pueblo de Almodóvar del Río, está de más, ya que podemos visitar la pagina web oficial de esta fortaleza que nos ofrece una amplia información sobre su historia y reconstrucción.

 Sin embargo, me gustaría apuntar dos o tres cuestiones sobre este imponente bastión. En primer lugar, el castillo de la Floreta ha sido declarado Monumento y Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, por lo que se encuentra bajo protección de la misma. En segundo lugar, el aspecto actual de la fortaleza no es el original, pues a principio de siglo se inicio una reconstrucción, financiada por su propietario, el Conde de Torralba y dirigida por el arquitecto Fernández Casanova, en la que se incluyeron varias edificaciones de distinto estilo arquitectónico y, en tercer lugar, informar al visitante que desde la torre del Homenaje se divisan, en todo su esplendor e inmensidad, los tres accidentes orográficos que componen la provincia cordobesa: La sierra, el valle y la campiña.

Para disfrutar aun más del entorno del castillo, conviene dejar el vehículo en el aparcamiento de Las Parvas y subir andando el camino de acceso a la fortaleza. El interior del castillo ha sido tematizado de manera desafortunada y nada acorde con nuestra historia, incorporando elementos de una cultura foránea con la que distraer a los visitantes más menudos o menos exigentes y tolerantes. Convendría que sus gestores y expertos tematizadores respetaran a los visitantes más exigentes, que se llevan una desagradable impresión al comprobar estos anacrónicos y cómicos añadidos que ponen en evidencia a los propietarios del monumento.

El entorno del embalse de la Breña va a sufrir, -con la terminación de la monumental presa de la Breña II-, una transformación radical. Nada volverá a ser lo que era y bajo sus aguas, dormirán el sueño eterno los antiguos y ancestrales topónimos de nuestro municipio. Con la nueva cota que alcanzará la lamina de agua de la Breña II, se perderá un 10 % del término municipal y gran parte del Parque Natural de La Sierra de Hornachuelos que se adentra en él. Los parajes de Madederos, El Pinillo, Aguas Frías, Malos Pasos y la umbría de las Perchas serán sumergidos, anegados y sepultados bajo millones de metros cúbicos o centenares de hectómetros,- también cúbicos-, del liquido y preciado elemento.

Si se contempla la enorme presa desde el punto adecuado y estamos al tanto de las sagas élficas de J.R.R. Tolkien, de la orografía de la Tierra Media y de la región de Mordor, podemos ver que la actual presa es una copia exacta de la Puerta Negra que daba entrada al oscuro y negro reino de Sauron. No han tenido los arquitectos e ingenieros del ramo que quebrarse mucho la cabeza ni trazar complicados cálculos sobre la mesa de delineación. Les ha bastado con ver la trilogía del Señor de Los Anillos para hacerse con esta licitación a su medida.

Pero no acaban aquí las similitudes. La deforestación a la que ha sido sometida la cuenca del Guadiato, hasta la cota que alcanzará el agua, es de tales proporciones, que parece que ha pasado un ejercito de orcos, trolls, uruks hai y demás batulea del señor oscuro. Se ha arrasado, quemado, talado y arrancado de cuajo todo rastro de vegetación, dejando las laderas mondas y lirondas. Es el precio que hay que pagar por el progreso y el continuo desarrollo de una economía mundial basada en el derroche y en la insostenibilidad de un planeta que,- al ritmo actual de destrucción y agotamiento de sus recursos naturales,- no podrá mantener a una de sus especies mas inteligentes en un futuro no muy, muy lejano.

¿Y qué decir de las medidas compensatorios con las que lavar conciencias europeas? ¿Como compensar lo que no es compensable, con unas cuantas charcas para anfibios, con inundar de conejos la sierra para que los linces se den la gran comilona y gastarse cientos de miles de euros en un centro de interpretación de las medidas compensatorios para explicarnos lo que se ha hecho o desecho y de paso darles las gracias?¿ Acaso somos idiotas? ¿Para que ahondar más en la herida dándonos los detalles? Que se los ahorren. No obstante, la oferta turística del municipio de Almodóvar del Río se verá incrementada con la terminación de la Breña II. 

La mejora de los accesos al embalse, el menor ángulo entre la lámina de agua y la pendiente de los cerros o lomas circundantes, unido a la previsible proliferación de albergues o alojamientos rurales, camping, de empresas promotoras de actividades o deportes acuáticos y a la urbanización de zonas colindantes, supondrá un notable incremento de la actividad humana en el entorno, con el consiguiente deterioro que conlleva tal presión turística.

Hablar de la zona del Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos inclusa en el término municipal de Almodóvar del Río es hablar de carreteras de servicio de la confederación hidrográfica del Guadalquivir y alguna que otra vereda o camino público exclusivamente, pues a ellas debemos ceñir nuestra andadura si no queremos que nos llamen la atención los guardas o propietarios de las fincas colindantes.

Desde nuestro privilegiado observatorio, -en uno de los márgenes del camino-, podremos observar en toda su extensión una sucesión de cerros, lomas, mesas y cabezos coronados de grandes encinares y alcornocales, eso si, sin traspasar los limites antedichos. Dentro de las medidas compensatorias, los de Mordor, podrían haber incluido una red de caminos públicos más densa y extensa que circundará el embalse y permitiera al ciudadano disfrutar de uno de los entornos naturales mejor conservados de Andalucía. 

Pero ya es tarde. Así que no podemos visitar el parque natural de la Sierra de Hornachuelos porque no se puede. Tampoco podemos interpretarlo, porque no hay un centro de interpretación ( otra medida compensatoria que podría haberse llevado a cabo), pero lo que es más grave es que la extensión del parque, en nuestro término, se reducirá al mínimo cuando las aguas suban y cubran tamaña extensión.

Y con esto finaliza nuestro recorrido turístico por los alrededores de Almodóvar del Río. Solo nos queda visitar su casco urbano.