jueves, 17 de abril de 2008

¡ Una victoria más!

Mauthausen.El campo de los españoles




La Segunda Guerra Mundial comienza con el ataque alemán a Polonia, el 1 de Septiembre de 1939 y la declaración de guerra de Francia e Inglaterra, el 3 del mismo mes. Después de varios meses de inactividad en la frontera occidental de Alemania, el 10 de Mayo de 1940, las divisiones acorazadas alemanas comienzan la que ha sido denominada como “guerra relámpago”, conquistando en pocos días Holanda y Bélgica , provocando el derrumbamiento del ejército francés en el frente occidental y obligándolo a firmar el armisticio el 22 de Junio de 1940. En tan solo 42 días, Alemania había hecho sucumbir a Francia.


Al finalizar la guerra civil española, medio millón de refugiados habían cruzado la frontera francesa y encerrados en campos de concentración, que los franceses construyeron en las costas del Sur del país. Declarada la guerra a Alemania, muchos de ellos fueron obligados, por las autoridades francesas, a servir en el frente bajo uniforme francés en la Legión Extranjera, en unidades de choque (esto es, en primera línea de frente) o en compañías de trabajadores extranjeros. Una gran mayoría fue capturada por las tropas alemanas y enviada a los Stalags ( campo de prisioneros de guerra) desde donde fueron trasladados a los campos de concentración alemanes, y en especial a Mauthausen.


El campo de concentración de Mauthausen, comenzó a construirse el 7 de Agosto de 1938, en los alrededores del pueblo austriaco de Mauthausen, por prisioneros procedentes del campo de Dachau. Con el paso del tiempo, se expandió para dar cabida a los miles de presos de guerra, deportados y prisioneros políticos,- que diariamente llegaban a sus puertas para trabajar en las canteras de granito cercanas,- hasta convertirse en uno de los complejos de campos de concentración más grandes de Europa, con la construcción de tres campos adyacentes: Gusen I, Gusen II y Gusen III, que distaban escasos kilómetros del principal, el de Mauthausen.


Las autoridades nazis, habían planeado reconstruir las principales ciudades del III Reich de acuerdo con los planes del arquitecto nazi Albert Speer, y, para ello, necesitaban ingentes cantidades de granito.


En Enero de 1945 , el complejo Muthausen-Gusen, contenia unos 85.000 prisioneros. Se desconoce el número de víctimas exacto, pero se citan entre los 122.000 y las 320.000 el total de fallecidos en todo el complejo desde su construcción. Mauthausen–Gusen estaba etiquetado, por las autoridades nazis, de Grado III o campo de exterminio;lo que significaba que eran los campos más duros para los “enemigos políticos” del III Reich, y, en ellos, fueron exterminados principalmente los miembros de la Intelligentsia y de las clases sociales altas de los países conquistados “manu militari”.


Las condiciones de vida eran inhumanas y crueles hasta extremos insospechados. El trabajo era durísimo en las canteras y los presos caían muertos de extenuación o agotamiento. El hambre causaba estragos ( se estima que semanalmente morían unos 2000 presos por privación de alimentos) y las enfermedades diezmaban a los internos, a falta de asistencia médica. Los más débiles eran gaseados, incinerados en hornos crematorios o asesinados metodicamente por medio de inyecciones letales, despeñamientos por las canteras, duchas heladas (los internos eran obligados a pasarse horas y horas bajo un chorro de agua helada y morían de hipotermia), experimentos médicos, ahorcamientos y fusilamientos masivos.






Tres meses después de iniciada la II Guerra Mundial, llegó al campo de Mauthausen un grupo de 397 presos españoles, el número aumentaría hasta los 7.300 en 1945.A partir de 1943, los presos españoles prisioneros en Mauthausen provendrían de las filas de la resistencia francesa.

Se estima que alrededor de 35.000 españoles participaron en la Segunda Guerra Mundial junto a los aliados. De ellos, cerca de 10.000 acabarían presos en los campos de concentración alemanes, y, de estos 10.000, en el campo de Mauthausen, 7.300 prisioneros. Por tal motivo a este campo se le conocía por el sobrenombre de “ campo de los españoles”.De los 7.300 españoles que fueron recluidos, fallecieron unos 5.000; la mayoria ( el 80 %) en el campo de exterminio de Gusen.

Cuando las autoridades nazis requirieron al Gobierno del General Franco para determinar el destino de los prisioneros españoles, la respuesta que obtuvo fue que no existían españoles fuera de España. Por tal motivo, los prisioneros fueron catalogados como apátridas ( sin patria) y obligados a llevar el triangulo azul que los distinguia con la S de “ spanier” en el centro.

De manera que, entre Agosto de 1940 y Diciembre de 1941, los españoles fueron llenando Mauthausen y construyendo nuevos barracones a medida que el número de internos aumentaba. Una gran cantidad de españoles falleció durante 1941 y 1942, especialmente en los meses de Septiembre y Octubre de 1941 en el subcampo de Gusen, dedicado al exterminio de los más débiles.

Fue en este mismo campo de Gusen donde fallecieron dos almodovenses a finales de 1941:

Francisco Carmona Vicent, nacido en Almodóvar del Río el 5 de Julio de 1903 fue recluido en la prisión: XI-B de Fallingbostel y deportado al campo de exterminio de Mauthausen el 27 de Enero de 1941. Tenía 38 años de edad cuando traspasó las puertas del infierno. Más tarde fue trasladado a Gusen donde falleció el 21 de Noviembre de 1941.

Antonio Molina Valderrábanos, nacido en Almodóvar del Río el 19 de agosto de 1908 fue recluido en la prisión: XI-B de Fallingbostel y deportado al campo de exterminio de Mauthausen el 27 de Enero de 1941. Tenía 33 años de edad cuando cruzó, junto a su compañero Francisco Carmona Vicent las puertas del. Murió en Gusen el 28 de Diciembre de 1941. Un mes después de que lo hiciera su compañero y paisano.

Nuestros paisanos sufrieron vejaciones, trabajos pesados y privaciones sin cuento. La vida en Mauthausen y Gusen pasaba por el trabajo forzado en las canteras de granito, a la que se accedía por una escalera de 180 peldaños que los presos debían recorrer de diez a doce veces al día cargados con grandes piedras.

Debido al elevado número de españoles en el campo, a mediados de 1941 funcionaba a pleno rendimiento una organización clandestina, experta en la supervivencia e integrada mayoritariamente por los españoles. Dicha organización salvó la vida de numerosos deportados de otros paises y de sus compatriotas recién llegados, repartiendo medicinas robadas y redistribuyendo las escasas raciones de alimentos entre los presos más débiles y enfermos.

Cuando la 11 ª división acorazada del ejército norteamericano liberó Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, grandes banderas republicanas adornaban la entrada. Encima de la puerta se podía leer una gran pancarta escrita en español que decía : LOS ESPAÑOLES ANTIFASCISTAS SALUDAN A LAS FUERZAS LIBERTADORAS”







Entre el contingente de españoles liberados se encontraban otro paisano nuestro, que tuvo más suerte que sus compañeros fallecidos en Gusen y pudo saludar a las tropas estadounidenses que franquearon Mauthausen a bordo de sus blindados.

Este era José Molina Cost, nacido en Almodóvar del Rio el 19 de Enero de 1903. Fue recluido en la prisión: XII-D en Traer y deportado al campo de exterminio de Mauthausen, el 3 de Abril de 1941, a los 38 años de edad. Fue liberado el 5 de Mayo de 1945. Estuvo prisionero en Mauthausen cuatro años y un mes.


Fotografia del grupo de españoles liberados del campo de Mauthausen.Es posible que José Molina Cost fuera una de ellos.

Un último cuco fue recluido preso en el stalag ( campo de prisioneros ) de Compiegne, el 21 de Mayo de 1944. Se llamaba Andrés Gallego y había nacido en nuestro pueblo el 30 de Agosto de 1916. Tenia por lo tanto 28 años. Fue deportado, el 24 de Mayo de 1944, al campo de concentración de Neuengamme ( Hamburgo) ,-destinado a la fabricación de ladrillos,- y formó parte de los 750 españoles recluidos en él. El campo fue liberado por las fuerzas británicas el 4 de mayo de 1945. Sin embargo, la liberación de Andrés Gallego no está fechada ni datada, esto es, no sabemos si continuó en el campo de Neuengamme hasta que fue liberado ni la fecha en que recobró la libertad.




Cuatro cucos traspasaron los límites del horror que un ser humano puede soportar. Estas fábricas de los horrores, que eran los campos de exterminio nazi, a pesar de la sofisticación de sus métodos de exterminio, no pudieron con las ganas de vivir de los prisioneros y la esperanza en una victoria final de los aliados, que los liberara del infierno en el que se encontraban atrapados. No debemos permitir que sus vidas, la vidas de tantos masacrados en estos antros de la muerte, queden en el olvido.Es nuestro deber, rescatarlas ofreciéndoles este pequeño, pero sincero homenaje. Creo que puede ser el inicio de un mayor reconocimiento por parte del pueblo al que nunca pudieron regresar.

Cuando los españoles llegaban al último peldaño de la escalera que los llevaba a la cantera siempre pronunciaban esta frase: “ Una victoria más”.

A la memoria de Francisco Carmona Vicent, Antonio Molina Valderrábanos, José Molina Cost y Andrés Gallego.